DESTACADASLOCALES Y REGIONALES

Una marcha de miles de mujeres avanzó en SLP, sin tregua a las fallas de la autoridad

SLP.- Las emblemáticas calles de la capital potosina fueron recorridas por miles de mujeres el ocho de marzo.

Una marea entre verde y violeta derribó vallas y dejó su esencia en el espacio público.

Contra la impunidad en un ambiente de violencia normalizada, una multitud repleta de jóvenes preparó pancartas y mostró imágenes de otras mujeres que ya no están -pero que de la memoria nunca se irán-.

Entre las presentes, hubo quienes usaron cubrebocas, otras pasamontañas.

Unidas todas siguieron una ruta.

En ese camino de defensa de derechos y condena por la decena de mujeres a las que en este país en promedio se arrebata la vida diariamente, también resonaron consignas, cantos y brincos.

Hubo pintas e imágenes de presuntos agresores.

En complejos gubernamentales y otros edificios se marcó el paso con iconoclasia. Partes de puertas y trozos de madera fueron desprendidos.

Símbolos plasmados con pintura, ventanas rotas y mensajes en las aceras pudieron observarse.

Algunos momentos de tensión se dieron con la marcha, pero nada le detuvo.

Entre humo multicolor, fuego, acomodo de mantas… nombres y calificativos tapizaron la puerta y fachada del Edificio Central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).

Los mensajes denotaron la exigencia de cese al acoso y el uso de material para simular la forma en que los cuerpos de muchas mujeres son encontrados; en un país donde las mujeres declararon la guerra a quienes cometen feminicidios, a aquellos que las desaparecen, a los que truncan sueños o hacen añicos su trayectoria.

La marcha continuó.

Y en la Plaza de Armas, las mujeres llamaron a la autoridad a intervenir en cada caso y jamás ser cómplice.

Frente Palacio de Gobierno, todo tipo de cartulinas quedaron acomodadas en las ventanas.

Justo en esa plaza, que concentra los distintos poderes, se hizo caer lo que para las mujeres representó una muralla.

De un momento a otro, a una silla y lo que parecía un archivero con artículos de oficina se les prendió fuego.

Mientras algunas lo aplaudían, incertidumbre y preocupación se generó en otras por el alcance de las llamas.

Con las vallas metálicas volteadas en el piso, mismas mujeres formaron una para cuidar al resto.

El fuego a escasos metros de uno de los accesos de Palacio desencadenó el despliegue de agentes de Guardia Civil Estatal.

De pie permanecieron para resguardar el inmueble, sin arremeter contra quienes se manifestaron -aunque con firmeza en el manejo de los escudos-.

Muchas corrieron, pero otras mujeres no temieron a la corporación… sino pidieron que se sumaran mientras les abrazaban.

Minutos después, personal acudió a sofocar el fuego.

Era de noche y desde imágenes de víctimas, acusaciones, nombres de supuestos responsables y pintura habrían permanecido en la parte frontal de Palacio de Gobierno y su puerta principal.

El ciclo de exigencia pasó a la fase de sororidad… con música y baile.

En una plaza cuyos edificios amurallados sirvieron para exponer quejas y entre los postes dejar tendederos de aquellos que muchas veces en total impunidad, han dañado a alguna.

Las mujeres se sintieron libres para advertir lo que nunca quieren que de nuevo se experimente y así finalizar, siempre juntas la protesta con la afirmación Fuimos Todas.

Por: Paulina Rodríguez

También podría interesarte

Más de:DESTACADAS

Comments are closed.