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Mexicanos entre recesión, incertidumbre y alta inflación.

SLP.- Los temores de que México haya podido registrar su segundo trimestre de contracción económica en línea entre octubre-diciembre, y con ello haber caído técnicamente en una recesión, han crecido alentados por algunos indicadores tempranos que pintan el panorama de gris.

El instituto de estadísticas, Inegi, publicó hace unos días la estimación obtenida a partir del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) para diciembre, con una variación anual real de la economía de un -0.2% y la mensual del 0.0%, abonando para el mal presagio.

La casa de bolsa Monex dijo en un reciente informe a clientes que el estancamiento de diciembre “amplía significativamente” las probabilidades de que la variación trimestral del Producto Interno Bruto (PIB) sea negativa por segundo periodo seguido, tras la baja del 0.4% en el tercer trimestre del año pasado.

“Las cifras apuntan a que la economía de nuestro país ha entrado en una dinámica recesiva dentro del ciclo recesivo mayor ocasionado por el surgimiento inicial del Covid-19, lo que podría deteriorar el marco para la recuperación y sesgar a la baja los pronósticos de crecimiento para 2022”, dijo.

Algunos analistas citan que la esperada contracción del cuarto trimestre se deba a un cóctel que mezcla el arrastre del desempeño del lapso previo; el regreso de la debilidad crónica de la capacidad productiva local; las secuelas de la pandemia y decisiones de política interna que afectan la inversión privada.

Goldman Sachs prevé una caída del PIB trimestral del 0.5% y una expansión del 4.8% para todo el año pasado; mientras que Santander las cifra en -0.7% y 5%, respectivamente; y Moody’s Analytics en un -0.2% y 5%, respectivamente.

El subgobernador del banco central de México, Jonathan Heath, escribió la semana pasada en su cuenta de Twitter que si en el cuarto trimestre del 2021 la economía se contrajo un 0.5% y no hay revisiones de los trimestres anteriores se puede anticipar una tasa de expansión del PIB del 5.1% para el 2021.

En tanto, el banco central recortó el mes pasado su proyección de crecimiento del 2021 a 5.4% desde 6.2% previo, por el recrudecimiento de la pandemia y el desempeño del PIB del tercer trimestre, mientras que la secretaría de Hacienda la ha mantenido en un 6.3% para el país de 126 millones de habitantes.

Para este año, la autoridad monetaria ve un crecimiento del 3.2%. Y aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo apenas hace unos días que lo peor de la pandemia ha pasado y que la economía va por buen camino, en la calle algunos discrepan y aún no se recuperan del desplome del 8.5% del PIB en 2020.

Y mientras la economía se ralentiza, la inflación sigue alta. El índice se ubicó en un 7.13% anualizado en la primera quincena de enero, con un indicador subyacente -visto como un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios- que ya rebasó el 6%, su mayor nivel en dos décadas.

“Todo está muy caro y hay poco margen de utilidad”, dijo el vendedor de frutas Felix Rodríguez, de 59 años. “La economía va para abajo, no hay mucho circulante, no sé exactamente a qué se debe pero si se resiente aquí (en el mercado)”, agregó.

Para Gabriela Siller, directora de análisis económico del Grupo Financiero BASE, el escenario más evidente para la segunda mayor economía de Latinoamérica es la estanflación: un estancamiento económico con alta inflación

Por: Luis de Regil

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