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Autoridades supervisaron la reactivación de los balnearios y centros acuáticos de Santa María del Río y Villa de Reyes.

SLP.- Aunque con aforo limitado, la implementación de protocolos y supervisión de las autoridades, esta Semana Santa se observó reactivación en balnearios y centros acuáticos de Villa de Reyes y Santa María del Río.

En una temporada compleja por contingencia sanitaria, la población pensó dos veces salir de casa con el semáforo epidemiológico en amarillo -y el descenso de temperatura fue un factor de contención-.

Desde el miércoles algunas familias acudieron a sitios de esparcimiento de Villa de Reyes, donde se habilitaron filtros para atender disposiciones que involucran verificación de temperatura y nivel de oxigenación.

Otros años este tipo de espacios lucían abarrotados, por el ánimo de la gente de darse un respiro del trabajo o las actividades del hogar -sin necesidad de desplazarse muy lejos-.

Pero en esta ocasión la pandemia dejó lecciones de distanciamiento, desinfección de áreas comunes y otros aspectos de la conocida nueva normalidad.

La convivencia en familia, preparación de carne asada y juego entre los infantes -que tanto lo piden- se permitieron. Pero en una proporción superior la vigilancia.

El jueves, día que para innumerables sectores no se laboró el clima hizo de las suyas.

La combinación de un ambiente nublado, en ratos con lluvia y viento frío no motivó a tantos.

Independientemente, en las inmediaciones de balnearios en Santa María del Río, el sector salud a través de perifoneo hizo el recordatorio de que la pandemia está en curso.

Funcionariado fue captado en las inspecciones.

El recorrido no únicamente se dio en los complejos con piscinas y áreas verdes, sino en la revisión de puestos de venta de alimentos.

También al verificar las instalaciones y calidad del agua.

Apenas unas mesas eran ocupadas por familias que en algunos casos cargaron con todo y mascota.

A diferencia de otros lados, hubo donde se restringía el uso de asadores y juegos infantiles.

En período vacacional, presas y cuerpos de agua asimismo resultan atractivos para muchas personas que desean pasear o admirarles.

Esa ocasión no se registró aglomeración. Ni siquiera por la cercanía del Santuario del Señor del Amparo.

Este viernes fue de temperatura cambiante. Frío y viento desde temprano y momentos que se asomaban los rayos de sol.

De nueva cuenta los balnearios de Villa de Reyes tuvieron el reflector.

Desde la entrada a los establecimientos se advirtieron restricciones a población vulnerable como la niñez y personas adultas mayores.

Para estos sectores la condición de ingreso dependía de una carta responsiva.

Se hizo la precisión de la cantidad de personas que como máximo habría de recibirse, no solo para ingresar a las albercas con salvavidas o flotadores; sino preparar comida… relajarse en bancas bajo la sombra de los árboles.

Usuarios entendían que el acceso no era total y había juegos que no debían usarse.

De pensar en una temporada de Semana Santa durante los años sin contingencia, se haría comprensible una fila en los toboganes.

La reactivación ha ido paulatinamente.

Después de todo, la contingencia mostró dos caras de la moneda: el impacto en la salud de los potosinos y la devastación de la economía.

Por ello para el período de asueto, la Federación hizo votos por un turismo responsable que sí, sostenga a miles y miles de familias; pero permita romper cadenas de transmisión y librar la tercera oleada.

Por: Paulina Rodríguez

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