NACIONALES

Deterioro Institucional

México está cambiando rápidamente, no hay duda.

Lo sorprendente es que lo está haciendo para empeorar. La llegada de un grupo al poder que prometió acabar con la pobreza, con la desigualdad, con la inseguridad y con la corrupción, se ha convertido en el peor de los males que aquejan a este país, lo cual, aunado a la irrupción de una pandemia mal atendida y gestionada, nos han llevado al peor de los escenarios imaginables.

El grupo en el poder no solo incumplió su palabra, sino que ha agravado los problemas y empeorado la situación económica de millones de familias y negocios, al tiempo que violenta la ley e incurre en prácticas como el “decretazo” super fast-track por el que pretende que servidores públicos puedan intervenir en procesos electorales.

Las previsibles disfunciones gubernamentales originadas por recortes irracionales tanto de recursos humanos como económicos ya están causando perjuicios a la población. Antes los adultos mayores, madres jefas de familia y niñez en situación de vulnerabilidad recibían puntualmente los apoyos provenientes de programas sociales eficaces, auditables y bien diseñados; hoy los programas asistencialistas del grupo en el poder llegan mal, de vez en cuando y a unos cuantos.

México padece desde 2019 de un riguroso ayuno de plan de gobierno y de capacidad gubernamental que ha conducido a la destrucción acelerada de instituciones públicas baluarte de la seguridad social, de la defensa de los derechos y libertades, de la eficiencia técnica y del abatimiento de la pobreza.

Los grupos criminales han detectado de inmediato ese deterioro y lo han aprovechado para expandir su poderío y presencia, haciendo presas a comunidades e incluso entidades federativas.

Antes las instituciones públicas de salud atendían a los más necesitados y les brindaban medicamentos oportuna y eficazmente; hoy ya nos los reciben y no pueden comprarlos no solo por el alto valor que tienen en el mercado, sino porque no los hay.

Antes se apoyaba al sector agrario para producir los alimentos que llegaban a las mesas de las familias mexicanas; hoy se le ha abandonado, siendo víctima de malos servidores públicos que no entregan fertilizantes ni apoyos y que ni siquiera reciben a las trabajadoras y trabajadores del campo mexicano.

Está a punto de “inaugurarse” el aeropuerto destinado a erigirse en el monumento más grande y más caro a la corrupción, al capricho y al deterioro institucional, pues su diseño, construcción y operación representan en sí mismos lo que no se debe hacer en la función pública. Solo estará en operaciones lo que resta del actual gobierno.

Sí, México está cambiando, pero en detrimento de la labor gubernamental, del bien público y de la seguridad de todas y todos. Ésa no fue una promesa de campaña.

Alejandro Moreno, Presidente Nacional del PRI

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