Tráfico ilegal de jaguares en México se expande por redes sociales
México.- México se ha convertido en un punto clave para el comercio ilegal de partes de jaguar, según un estudio reciente publicado en Animal Conservation. La investigación, que monitoreó plataformas digitales como Facebook, Mercado Libre y eBay, reveló que este mercado negro mueve millones de dólares y opera con impunidad, aprovechando la accesibilidad de las redes sociales.
El análisis identificó que colmillos, garras y pieles de jaguar son los productos más demandados, vendidos como joyería, artículos decorativos o trofeos. También se registró la venta de animales vivos, incluyendo cachorros. Las transacciones ocurren abiertamente en plataformas digitales, con envíos a países como Estados Unidos, Canadá y naciones asiáticas.
Facebook es la plataforma preferida por los traficantes, donde el 59% de las publicaciones ilegales correspondían a jaguares. Ciudades como Ciudad de México, Monterrey y Taxco destacaron como focos de actividad. Aunque la mayoría de los compradores son mexicanos, también hay interés internacional.
El jaguar, el felino más grande de América, ya enfrenta amenazas como la pérdida de hábitat y la caza furtiva. Se estima que quedan entre 4,000 y 4,800 ejemplares en México, concentrados principalmente en la península de Yucatán. Su desaparición podría desencadenar desequilibrios ecológicos, afectando a otras especies y alterando los ecosistemas.
Aunque el comercio internacional de jaguares está prohibido desde 1975 por la Convención CITES, el estudio señala que el tráfico persiste, impulsado por mercados locales y la demanda de artículos exóticos.
Los investigadores destacan que las autoridades no han logrado frenar este delito, a pesar de las sanciones penales existentes. Entre las recomendaciones están:
- Mayor vigilancia en plataformas digitales, usando inteligencia artificial para detectar publicaciones ilegales.
- Control más estricto en envíos postales, para evitar el tráfico de partes de animales.
- Colaboración ciudadana, fomentando la denuncia de ventas sospechosas.
Organizaciones como Wildlife Conservation Society (WCS) y WWF han logrado que algunas plataformas restrinjan este comercio, pero el desafío sigue en grupos privados y códigos cifrados que evaden la detección.