Emite iglesia católica de SLP mensaje por el Día del Niño
SLP.- Con motivo del Día del Niño, el Papa Francisco previo a su fallecimiento dejó un mensaje cargado de ternura, empatía y reflexión sobre la importancia de la infancia en el presente y el futuro de la humanidad.
Fue el vocero de la Iglesia católica, Tomás Cruz Perales, quien dio lectura al mensaje en el que se destacaba el valor único de cada niño y niña, no solo dentro de sus familias, sino también en el tejido espiritual y social del mundo.
De hecho, recordó que el Papa había iniciado recientemente las jornadas mundiales dedicadas a la niñez:
“Me dirijo a cada uno de ustedes, particularmente a ti querida niña, a ti querido niño, porque eres valioso a los ojos de Dios, como nos lo enseña la Biblia y como Jesús lo demostró tantas veces. Al mismo tiempo este mensaje lo envía a todos, porque todos son importantes y porque juntos, los que están cerca y los que están lejos, manifiestan el deseo de cada uno de nosotros de crecer y renovarse”, señaló.
También resaltó el papel de los niños como recordatorio de la fraternidad humana y de la necesidad de construir comunidad:
“Ustedes nos recuerdan que todos somos hijos y hermanos, que nadie puede existir sin alguien que lo traiga al mundo, ni crecer, ni tener a otras personas para amar y sentirse amados”, expresó.
Asimismo, hizo un llamado a valorar la voz de la niñez y a no olvidar a quienes enfrentan el sufrimiento desde temprana edad:
“De este modo, todos ustedes, niños y niñas, que son la alegría de sus padres, de sus familias, son también la alegría de la humanidad y de la iglesia, donde cada uno como un eslabón de una larguísima cadena que se extiende del pasado al futuro y que cubre toda la tierra”, indicó.
En su mensaje, alentó a los niños a escuchar a sus mayores, pero también pidió atención hacia los menores que enfrentan adversidades extremas:
“Por eso les aconsejo que escuchen siempre con atención los relatos de los mayores, de sus mamás, de sus papás, de sus abuelos y de sus bisabuelos y al mismo tiempo no olviden cuánto de entre ustedes, que aún siendo tan pequeños, ya están luchando contra las enfermedades, las dificultades en el hospital o en su casa”, agregó
No dejó de mencionar a los niños víctimas de violencia, guerra, pobreza y abandono, exhortando a la sociedad a escucharlos con empatía y responsabilidad:
“A quienes son víctimas de la guerra y de la violencia y quienes sufren el hambre y la sed, a quienes viven en la calle, a quienes se ven obligados a ser soldados o a huir como refugiados separados de sus padres o a quienes no pueden ir a la escuela, a quienes son víctimas de bandas criminales, de las drogas o de otra forma de esclavitud y de abusos”, apuntó.
Continuó: “En definitiva, a todos estos niños y a los que todavía hoy se les roba la infancia cruelmente, escúchenlos, o mejor aún, escuchémoslos, porque con su sufrimiento, con los ojos purificados por las lágrimas y con el constante deseo del bien que nace del corazón de quien han visto verdaderamente qué terrible es el mal, nos hablan de la realidad”.
Invitó a construir una nueva humanidad a partir de lo simple, recordando que los grandes cambios comienzan con gestos cotidianos:
“Mis pequeños amigos, dice el Papa, para renovarnos a nosotros mismos y al mundo, no es suficiente con que estemos unidos entre nosotros, es necesario que estemos unidos con Jesús. Con Jesús podemos soñar una humanidad nueva y comprometernos por una sociedad más fraterna y atenta a nuestra casa común, comenzando por las cosas sencillas como saludar a los demás, pedir permiso, pedir disculpas, decir gracias”, añadió.
El vocero concluyó con un mensaje profundo sobre la verdadera felicidad.
“Y hay algo más, queridas niñas, queridos niños, no podemos llegar a ser felices en solitario porque la felicidad crece en la medida que se comparte, pues nace con la gratitud por los dones que hemos recibido y que a su vez compartimos con los demás, como aquello que hemos recibido lo guardamos solo para nosotros”, terminó.
Por: José Luis Vázquez