El peor verano de Morena: crisis de imagen política
El partido gobernante, Morena, enfrenta lo que analistas denominan su “peor verano”. Diversos escándalos han golpeado su credibilidad, desde viajes ostentosos de figuras cercanas a la presidencia, como Andrés López Beltrán en Japón, hasta acusaciones de corrupción y represión interna. Esta serie de episodios contrasta con el discurso de austeridad y transformación que catapultó al movimiento al poder en 2018, debilitando la narrativa de cercanía con el pueblo que tanto enarbola.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha intervenido en repetidas ocasiones para contener el daño, reiterando el compromiso del partido con los principios de honestidad y justicia social. Sin embargo, en redes sociales y foros de opinión, crece la percepción de un divorcio entre lo que se promete y lo que se practica. El desafío no es menor: mantener la cohesión de un movimiento diverso, cumplir con expectativas ciudadanas y evitar que la oposición capitalice este desgaste.
¿Estamos ante un desgaste natural de cualquier gobierno en el poder o frente a un cambio profundo en la relación entre ciudadanía y política? La respuesta podría definir no solo el rumbo de Morena, sino la confianza en las instituciones democráticas del país. ¿Usted qué piensa? ¿Se trata de errores aislados o de un patrón que exige un replanteamiento?