DESTACADASLOCALES Y REGIONALES

Crisis del agua en el valle potosino va más allá de la sequía, advierte Consejo Hídrico Estatal

SLP.- La crisis hídrica que enfrenta San Luis Potosí no puede atribuirse únicamente a la sequía o al agotamiento natural del recurso, sino a una serie de factores estructurales que han sido ignorados en la discusión pública, se advirtió desde el Consejo Hídrico Estatal.

Al presentar los resultados de un estudio sobre la situación del agua en el Valle Potosino, el presidente del organismo, Jonathan Quintero, sostuvo que el problema ha sido reducido de manera equivocada a causas climáticas.

“La crisis hídrica en San Luis no se explica sólo por la sequía o por el agotamiento físico del agua, sino por diversos factores, no únicamente por eso, sino también por diversos factores que han pasado desapercibidos», insistió.

El análisis identifica diversos obstáculos centrales que, en conjunto, han agravado el escenario actual.

«La desigualdad en el acceso, la fragmentación de las instituciones encargadas de la gestión del agua, la difusión y consolidación de la cultura del privilegio en el acceso al agua, la baja participación ciudadana», enlistó.

Uno de los datos más relevantes del estudio es la fuerte dependencia del acuífero del Valle de San Luis, el cual se encuentra en condición de sobreexplotación, sin que esto haya reducido las brechas en el acceso al servicio.

“Más del 75% del agua que se abastece en el Valle Potosino, pues proviene del acuífero sobreexplotado y aun así pues persiste esta desigualdad.”

Agregó: “El estudio demuestra que más del 90% de los pozos registrados en el Valle son privados, mientras que el organismo operador depende únicamente de una fracción muy pequeña, que es el 9% que les mencionaba.”

Esta concentración del recurso, advirtió Quintero, tiene efectos directos en las condiciones de vida de la población: “Esta desigualdad no sólo refleja diferencias económicas, sino que también condiciona la calidad de vida, la salud y la seguridad de miles de familias.”

A ello se suma la falta de coordinación entre las dependencias responsables del manejo del agua, lo que ha impedido una estrategia integral para enfrentar la crisis.

“También las instituciones pues trabajan por separado… CONAGUA, la CEA (la Comisión Estatal del Agua) o Interapas tienen sus propias acciones, cada una va por líneas distintas, no hay coordinación y esto también obstaculiza una gestión eficiente del recurso», expuso.

Finalmente, se advirtió que persiste una cultura que normaliza el consumo diferenciado del agua y limita la incidencia social en las decisiones públicas.

“Existe esta cultura del privilegio también, que normaliza el consumo desigual y por último la participación ciudadana débil y mecanismos poco confiables, porque si bien este estudio nos demuestra que la ciudadanía está interesada en participar en las gestiones, no existen las condiciones y los mecanismos propicios para que esto se pueda dar», terminó.

Por: José Luis Vázquez

También podría interesarte

Más de:DESTACADAS

Comments are closed.