Casas invadidas no pueden venderse a sus usurpadores: CANADEVI
SLP.- Vender vivienda los invasores de casas-habitación desequilibraría el mercado inmobiliario, así lo expuso el presidente de la Canadevi en San Luis Potosí, Francisco Torres Ocejo.
“El que invadan una casa y luego el Infonavit vaya a prestarle dinero pues eso es inaudito, eso no puede ser y no puede ser porque los invasores de las casa ni siquiera van a estar en Infonavit, Infonavit presta recursos a los derechohabientes que cotizan en Infonavit”.
Y es que en fechas recientes el titular del Infonavit, Octavio Romero Oropeza visitó tierras potosinas y habló del esquema de regularización de vivienda mediante la renta o venta para personas que las hayan invadido.
Sin embargo, el presidente local aseguró que el mensaje del Infonavit no es a favor de la invasión.
“No creo y estamos convencidos de ello que el mensaje sea que la gente pueda invadir casas y que luego el Infonavit le va a prestar dinero a los invasores, yo creo que se mal interpretó, el pensar, el solo pensar que esto es una posibilidad pues crea un caos inmobiliario en México, crea una incertidumbre de propiedad en México tremenda”.
Vender una vivienda a un invasor es ilegal.
“Simplemente es ilegal, es muy delicado y es ilegal, porque te insisto, tú no puedes invadir una casa, eso es anticonstitucional (…) la casa es del instituto, es de los trabajadores, no perdamos de vista que el Infonavit se debe a los ahorros de los trabajadores, no es dinero del Gobierno Federal”.
Señaló que el programa se ha mal interpretado y que en caso dado se enfocaría a recuperar pagos de derechohabientes morosos.
“Yo creo que simple y sencillamente las palabras del director se malinterpretaron y el mensaje es, si tú por X o Y no pudiste pagar tu vivienda de Infonavit y estas en el Infonavit, acércate con nosotros y nosotros de ayudamos a regularizarte, ¿por qué? porque posiblemente el sacarte de tu vivienda sea muy complicado, pero la otra parte es que nunca esa vivienda va a ser jurídica, ni legalmente tuya”.
Por: Juan Carlos Contreras