Armas nucleares: un creciente riesgo en los conflictos entre potencias

México.- El escenario internacional enfrenta una creciente tensión nuclear debido a los recientes enfrentamientos entre Israel e Irán, así como a la intervención de Estados Unidos en instalaciones nucleares iraníes. Actualmente, nueve países poseen armas nucleares, siendo Rusia y Estados Unidos los que cuentan con los arsenales más grandes, seguidos por potencias como China, Francia y Reino Unido.

Las bombas nucleares modernas superan por mucho la capacidad destructiva de las utilizadas en Hiroshima y Nagasaki. Mientras aquellas tenían una potencia de entre 15 y 20 kilotones, las actuales pueden alcanzar los 400 kilotones, equivalentes a 400 veces la explosión de Hiroshima. Además, misiles intercontinentales pueden transportar múltiples ojivas capaces de arrasar ciudades enteras en segundos.

Una detonación nuclear no solo causaría una devastación instantánea, sino también efectos prolongados:

• Pulso electromagnético: Inutilizaría toda la electrónica en un amplio radio.
• Onda de choque y fuego: Generaría vientos de hasta 400 km/h y una bola de fuego capaz de calcinar todo a su paso.
• Radiación y lluvia nuclear: Exposición letal que provocaría muertes masivas en días o semanas, además de aumentar el riesgo de cáncer a largo plazo.

Un conflicto nuclear a gran escala podría desencadenar un fenómeno global: el humo y las cenizas bloquearían la luz solar, reduciendo la temperatura del planeta hasta 8°C. Esto afectaría la agricultura, llevando a una escasez alimentaria mundial y poniendo en riesgo la supervivencia de la humanidad.

En caso de un ataque hacia Estados Unidos, México sufriría graves consecuencias por la radiación, especialmente en la mitad norte del país. Los niveles de exposición podrían ser similares o superiores a los registrados en Chernobyl, con efectos letales para millones de personas en los años siguientes.

Aunque Irán aún no cuenta con armas nucleares de alto poder, la escalada de tensiones mantiene al mundo en alerta. Expertos advierten que, de desatarse un conflicto abierto, las consecuencias serían catastróficas no solo para las naciones involucradas, sino para el planeta entero.