Mensaje por la paz, la dignidad y la amistad con Estados Unidos de América
Buenas tardes Señor Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Lic. Andrés Manuel López Obrador.
Buenas tardes Señores Gobernadores, Legisladoras y Legisladores, Líderes sociales, paisanas y paisanos de todo México, y también a todas las ciudadanas y ciudadanos de diversas partes del mundo que nos acompañan y nos escuchan el día de hoy: sean bienvenidos a la Ciudad de Tijuana, donde la patria comienza desde la Frontera Norte.
Hoy estamos aquí, miles de mujeres y hombres libres, respondiendo al llamado de Usted como Presidente de México, para celebrar la unidad, la dignidad, pero también la amistad con el pueblo hermano de los Estados Unidos de América y con los demás pueblos del mundo.
En esta ocasión, soy la portavoz de los pueblos indígenas de estas tierras, en especial de los jornaleros agrícolas quienes, como muchos otros, por necesidad hemos tenido que emigrar al Norte de nuestro país, dejando atrás nuestros pueblos y comunidades, para buscar nuestra supervivencia.
Venimos del Valle de San Quintín, lugar que Usted, Señor Presidente de México, ha visitado en varias ocasiones y conoce muy bien; y desde donde le pedimos que reciba la solidaridad y el apoyo de todos los pueblos indígenas de México.
Este llamado representa el sentir de los mexicanos y representa la legítima defensa de la dignidad de nuestra nación y un llamado a la paz y concordia ante el mundo, tan necesaria en estos momentos de cambios rápidos, acelerados y también profundos.
Por este motivo, los pueblos indígenas de México estamos aquí presentes con Usted. Así como nuestros antepasados estuvieron en el movimiento de la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana, hoy lo acompañamos en el movimiento de la Cuarta Transformación Nacional tan necesaria para nuestro país, en particular para las zonas más abandonadas por el llamado “desarrollo civilizatorio”.
En nuestra experiencia como pueblos indígenas, de éste y del otro lado de la frontera, hemos aprendido que el diálogo y la palabra son las mejores vías para el entendimiento y la convivencia pacífica. Y éste es el mensaje que queremos transmitirle a la sociedad y a nuestros gobiernos.
Queremos expresar un mensaje de hermandad y fraternidad con los pueblos indígenas de Estados Unidos de América, en especial con los que conviven con nosotros a lo largo de toda la frontera, con quienes compartimos una historia común y afrontamos las mismas adversidades. Con aquellos pueblos que son nuestros hermanos y que de un día para otro aparecieron separados por una franja llamada “frontera”.
Señor Presidente Andrés Manuel López Obrador: El acuerdo informado el día de ayer, donde se suspenden indefinidamente los aranceles programados para ser aplicados a nuestro país en próximos días, es una muestra clara de que la buena vecindad no se debe basar en la intimidación, ni en la amenaza; ni en debilitar las genuinas aspiraciones de desarrollo que han unido a nuestros pueblos por muchos años, por lo que hoy estamos aquí como pueblo para celebrar la fuerza del diálogo y de la razón que el Gobierno de México encabezado por Usted siempre puso sobre la mesa, con la premisa del respeto y la dignidad.
Todos los que aquí nos reunimos, reconocemos en la Frontera Norte la vinculación con nuestras hermanas y hermanos que han venido aportar con su trabajo el engrandecimiento del país vecino, y entendemos que la contribución de todos ha sido fundamental para el crecimiento de las dos naciones.
Esos 3 mil kilómetros de frontera, Señor Presidente, más que una fuente de angustia y de zozobra, debería ser vista como lo que es: miles de kilómetros de unidad, de fraternidad, de solidaridad y fortaleza mutua.
Porque en nuestra cosmovisión las fronteras son “sagradas”: son espacios de comunicación con nuestros dioses y nuestros ancestros. Y son espacios “sagrados” también porque ahí empieza la comunicación entre los seres humanos.
Los pueblos indígenas pensamos que así debemos reconocernos en ésta y en cualquier otra frontera: como Nosotros, reconociendo nuestras diversidades culturales y lingüísticas y al mismo tiempo afirmando nuestra unidad humana.
Por eso desde aquí reiteramos al pueblo de los Estados Unidos de América a visitarnos y conocernos. Los recibiremos con los brazos abiertos, a todas y todos, sin distinciones de ninguna índole.
Para finalizar, quiero recordar las palabras del Lic. Benito Juárez García, Presidente de México, indígena zapoteco, mexicano universal, quien dijo en su discurso del 15 de Julio de 1867 al reinstalar los poderes de la Unión:
“Que el Pueblo y el Gobierno respeten los Derechos de Todos. Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Por eso, aquí desde la Frontera Norte, extendemos nuestra mano amiga y celebramos diciendo, Sí al Diálogo, Sí a la Dignidad, Sí a La Paz.
Muchas gracias.