Potosinos acudieron a bendecir sus palmas este Domingo de Ramos, en que marcó el inicio la Semana Santa
SLP.- Cientos de feligreses acudieron a la iglesia de “La Compañía” que se ubica a un costado de la Plaza de Los Fundadores en el centro histórico de San Luis Potosí, para celebrar la entrada del señor Jesús a Jerusalén como parte del Domingo de Ramos.
De ahí, partieron con destino a la Catedral Metropolitana pues minutos antes de las 12 del día se llevó a cabo una misa encabezada por el arzobispo, Jorge Alberto Cavazos Arizpe, para bendecir los ramos creados tradicionalmente con hojas de palma.
Según se relata, los habitantes de Jerusalén colocaron palmas en el suelo para recibir al mesías y de ahí es cómo nace esta conmemoración.
Fue así como el eclesiástico vertió una pequeña homilía para los creyentes de San Luis Potosí.
“Que sea esta Semana Santa una oportunidad de dar cabida a la palabra de Jesús, a su gracia redentora, a nuestro encuentro y reencuentro con él; que sea así también esta Semana Santa permitir que él llegue a restaurar nuestra vida”, dijo.
Continuó: “Él había dicho que el templo destruido lo reconstruiría no por mano del hombre, por gracia divina, y así Dios quiere también reconstruir tanta situaciones, tantos caminos de fe, de sueños verdaderos, de alegría, de un verdadero buen futuro, que estoy seguro está en el corazón de cada una y de cada uno”.
Este es el primer acto litúrgico que da inicio a una de las fechas más importantes de la fe católica, en las cuales se refleja la pasión, muerte y resurrección de Jesús; con esto último, se da inicio a la Semana de Pascua.
“Qué importante es haber expresado que queremos recibir a Jesús y su redención con esta presencia y con estas palmas que así al ponerlas en nuestro hogar sea también decirle que entre ahí, que nos cuide, que nos vigile, que dé paz, que así como en las calles de Jerusalén en otros lugares también hizo curaciones, también les dio palabras de perdón, así también lo escuchemos en nuestro templo espiritual que es nuestra persona y en nuestro hogar”, terminó.
Por: José Luis Vázquez
