Los libros, entre la eternidad y la censura contemporánea: Irene Vallejo
SLP.- En el marco del XVII Festival Internacional de Letras San Luis, la autora Irene Vallejo compartió una reflexión sobre la vigencia y el poder de los libros, destacando los retos que enfrentan en un mundo cada vez más digitalizado y marcado por nuevas formas de censura.
Acompañada por el escritor Jorge Volpi, analizó cómo, a lo largo de la historia, los libros han sido herramientas esenciales para la memoria colectiva y la resistencia cultural.
Comenzó recordando el escepticismo que durante años ha acompañado al destino del libro frente a la irrupción de las tecnologías digitales:
«En aquel momento lo que nos decían y lo que insistían prácticamente es que los libros habían quedado obsoletos, pertenecían a otra época, ya no tenía nada que decir al mundo contemporáneo, que el futuro eran las pantallas, las tecnologías, las grandes revoluciones que estaban sacudiendo nuestra realidad y los libros aparecían allí como fósiles de una época muy remota», expresó.
Sin embargo, la autora de «El infinito en un junco» defendió el carácter resiliente de los libros, calificándolos como uno de los mayores logros de la humanidad en su esfuerzo por preservar el conocimiento.
«El libro es un gran superviviente, el libro es un objeto que ha sido capaz de derrotar el olvido y la destrucción… Los seres humanos siempre nos hemos resistido a que desaparezca hasta la última huella de lo que somos y hemos buscado la manera de salvaguardar nuestros versos», dijo
Vallejo también abordó la creciente persecución hacia los libros en contextos democráticos, un fenómeno que considera alarmante.
«Estamos en una época que realmente vuelve la censura en algo que habíamos pensado que pertenecía al pasado y sobre todo que no iba a suceder en democracias; las democracias han resultado ser más frágiles en la defensa de los libros y la libertad en la lectura de lo que creíamos, que ahora nos requiere un nuevo activismo en nombre de los libros para salvarlos», expresó.
También cuestionó la aparente contradicción de considerar los libros como obsoletos y, al mismo tiempo, como objetos lo suficientemente peligrosos como para censurarlos.
«Si los libros son ese objeto obsoleto que no tiene un puesto en el futuro, ¿por qué nos vamos a preocupar de perseguirlos, prohibirlos o sacarlos de las bibliotecas públicas? (…). Esta persecución contemporánea hacia los libros demuestra es que efectivamente siguen siendo poderosos», sentenció.
Por: José Luis Vázquez