Cambio climático, incendios y minería; causas de deterioro de humedales en Bolivia
Sucre.- Este 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de los Humedales, una fecha establecida por las Naciones Unidas en 1997 para resaltar la importancia de estos ecosistemas vitales para la subsistencia humana y la conservación del medio ambiente.
Bolivia alberga alrededor de una decena de sitios Ramsar, protegidos por la convención, que abarcan distintos pisos ecológicos, como los lagos altiplánicos Titicaca, Uru Uru y Poopó, los bofedales y lagunas de Los Lípez, los bañados de Izozog y el río Parapetí, además del Pantanal compartido con Brasil y Paraguay, entre otros.
Máximo Liberman, investigador y profesor del Instituto de Ecología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), señaló que varios factores relacionados con la actividad humana afectan a los humedales en Bolivia. La bahía de Cohana, en la parte boliviana del lago Titicaca, sufre la contaminación y las descargas de aguas residuales provenientes de la ciudad de El Alto.
Además, el cambio climático ha impactado a lagos como el Poopó y Uru Uru, conectados con el Titicaca a través del río Desaguadero. La sequía redujo el nivel de las aguas del Titicaca a su mínimo histórico en 2023. El lago Poopó, que solía albergar una gran biodiversidad, desapareció hace algunos años, mientras que el Uru Uru se ha visto afectado por desechos plásticos y la minería en la cercana ciudad de Oruro.
Los incendios forestales y los “chaqueos”, prácticas basadas en incendios controlados para habilitar campos para la siembra, también han dejado su huella en el país. En noviembre del año pasado, 300 mil hectáreas, incluyendo 197 mil áreas protegidas, fueron afectadas por incendios.
La minería aurífera y el uso de mercurio han generado serios daños en los ecosistemas y la salud de las poblaciones cercanas a algunos ríos de la cuenca amazónica. Los bofedales, reservas de agua amenazadas por el cambio climático, han experimentado una disminución en su nivel de agua, afectando a las poblaciones locales.
Expertos anticipan que este año podría repetirse el escenario del año anterior, cuando Bolivia sufrió una de las sequías más intensas de los últimos años.