SLP.- Si no tiene motivo urgente para acudir al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) ni se pare.
Con aproximadamente una veintena de empleados positivos a COVID-19, un filtro deficiente, personal sin cubrebocas y pacientes con un diagnóstico impreciso que llevan de un área a otra -pero resultan con coronavirus-, el riesgo de contagio es inminente.
Una empleada del Hospital General que prefirió mantener su identidad bajo reserva reveló que sin tener certeza de que miembros de la plantilla estén libres de COVID-19, directivos les obligan a presentarse a laborar.
En contingencia han transcurrido meses y el personal estalló para que se les aplicara una primera prueba, de la que varios dieron positivo justo la semana en que el COVID-19 cobró la vida de una enfermera.
Pero a los directivos basta que la segunda prueba rápida dé negativo para reintegrarles.
La empleada denunció descontrol en el complejo que -manifestó- nunca debió considerarse apto para atender personas con COVID.
En estrechos pasillos, la sana distancia tampoco se garantiza.
Décadas han transcurrido por instalaciones que reflejan un sistema de salud con parches.
Al complejo entra quien guste. Irónico que en un área de control ni siquiera haya alguien que cumpla con características mínimas.
Con las ventanas cerradas y el aire acondicionado encendido en espacios donde ni siquiera es requerido, afirmó que el peligro eleva.
El argumento oficial siempre será el presupuesto y aquí, no poder costear un sistema de presión negativa.
Es más, ni siquiera jabón de mediana calidad.
Así, pronunció que lo idóneo sería cesar a los directivos, ya que no han mostrado mas que ineptitud.
Únicamente se pasean por las áreas para preguntar cuántos pacientes hay o efectuar juntas en las que la voz de la plantilla no tiene eco.
Recordó que en una ocasión, miembros de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS) acudieron.
Esperaban un cambio, pero no fue así.
La trabajadora del ISSSTE que dio positivo a COVID-19 y tras otra prueba rápida negativa se le ordenó regresar, se refirió a la enfermera que recién perdió la vida.
A las autoridades pidió ser conscientes y asumir su responsabilidad.
Se trata de dotarles del material necesario. No abandonarles en el campo de batalla.
Por: Paulina Rodríguez