SLP.- Tal como los parajes, restaurantes de San Luis Potosí operan al 50 por ciento de su capacidad, con base en disposiciones del sector salud.
Pero las ventas en dichos establecimientos han caído 60 por ciento desde que se tuvo conocimiento de casos de COVID-19 en el territorio.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) Juan Carlos Banda Calderón aseveró que lo más importante es el bienestar de comensales y se seguirán las recomendaciones oficiales.
El dirigente empresarial desmintió algunas publicaciones que se difundieron en redes sociales acerca del supuesto cierre de sus negocios.
En los diversos sitios que ofrecen platillos a la población está determinándose dejar aproximadamente 1.50 metros de separación entre las mesas.
A la par, se adquirieron termómetros y en algunas partes se levantan encuestas vía electrónica que permitan descartar situaciones de riesgo.
Juan Carlos Abaroa -quien asimismo integra la CANIRAC en San Luis Potosí- señaló que la plantilla de trabajadores permanece pagada, aunque el turno de atención del personal se intercala, para que no tengan que asistir diariamente.
Adicionalmente advirtió que un cierre de 15 días en un restaurante representaría no vender nada y desperdiciar todos los productos perecederos; sin dejar de lado el pago de nómina, renta, energía eléctrica y otros gastos fijos.
El impacto podría sentirse de tres a siete meses.
Por: Paulina Rodríguez