SLP.- Mientras en 2019, 48 mil personas visitaron el cementerio El Saucito y ocho mil 500 el panteón Españita, este año los camposantos de la capital potosina permanecieron cerrados.
Este 2020 no hubo visitas a las tumbas famosas, como la de Juan del Jarro donde muchas personas dejan monedas con la esperanza de que les cumpla un milagro.
Tampoco en la de José Bustamante, con el monumento conocido como La Doliente al que se le pide intervenir ante la adversidad.
Cualquier otro dos de noviembre, tanto figura como sepulcro estaban repletos de flores, pulseras, collares y adornos que simbolizan gratitud.
Familias completas procuraban sanar ese corazón roto que deja la ausencia del ser amado, al presentarse en su última morada con flores y comida; así como instalar bocinas o contratar músicos para hacerle llegar una melodía al cielo.
Pero la propagación del coronavirus propició que el sector salud determinará el cierre de estos espacios.
En un frío y de por si triste dos de noviembre, los negocios de venta de flores se mantuvieron abiertos, pero no había quién comprara.
Lo mismo con los lugares que ofrecen comida al exterior de los camposantos.
Hubo algunos -intrigados- que pasaron por los cementerios y tomaron un momento para leer un mensaje plasmado en una lona colocada en la puerta principal.
San Luis Potosí continúa en semáforo naranja y esas heridas que no cierran causadas por la pérdida, se sintieron aún más profundas.
Por: Paulina Rodríguez