SLP.- Maleantes se toman el tiempo de examinar los establecimientos del Centro Histórico, antes de hacer de las suyas.
Utilizan armas y encierran a quien se encuentre a cargo de los locales para llevarse lo que esté a la mano.
Después, hasta se les observa al pasear como si nada en el primer cuadro de la ciudad en busca de nuevas víctimas.
La responsable de un negocio mantuvo su identidad bajo reserva, pero relató lo que le ocurrió la semana pasada.
Eran aproximadamente las 11:30 de la mañana cuando el asaltante apenas ingresó a la tienda y actuó como si fuese un cliente.
Pidió que se le mostraran un par de vestidos y cuando quien le atendía hacía la nota, procedió.
El sujeto fue descrito de estatura promedio y piel apiñonada. Utilizaba una gorra guinda, un cubrebocas negro, pants gris con azul y una playera deportiva azul.
La policía arribó 40 minutos después de la situación.
No tuvo que pasar mucho tiempo para que la afectada se topara al individuo en plena calle, libre, tranquilo y amenazante.
El sujeto llevaba la misma ropa que el día del asalto y la sospecha es que opera en esa área.
Entre lo que robó se encuentra el teléfono móvil de la víctima -a quien le ha parecido un calvario promover la denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGESLP)-.
Consideró que en la dependencia parece que se pretende poner trabas cuando la gente intenta formalizar su denuncia.
Por: Paulina Rodríguez