SLP.- Durante 2019, 24.2 por ciento de los hogares de San Luis Potosí registraron al menos una víctima de delito.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) arroja que la tasa más alta corresponde a robo o asalto en calle y transporte público -seguida de otros delitos y fraude-.
Las extorsiones reportaron descenso respecto el año previo.
Específicamente el robo o asalto en calle y transporte público se tradujo en una tasa de seis mil uno por cada 100 mil habitantes.
Respecto la incidencia, de 595 mil 839 delitos estimados en San Luis Potosí, la víctima estuvo presente en 58.2 por ciento.
Es decir, en 346 mil 890.
Y en 14.8 por ciento de los hechos, hubo agresión física.
De los delitos estimados en territorio potosino, en 87.8 por ciento la víctima manifestó haber sufrido daño -casi la mitad de tipo económico-.
Así, el costo de la inseguridad y el delito en hogares potosinos supera cuatro mil 209 millones de pesos.
Mientras el gasto en medidas preventivas ascendió a dos mil 134 millones de pesos.
Sin embargo, se estima que en el estado apenas 11 por ciento de los delitos se denunciaron. De los cuales se abrió una carpeta de investigación en 58.2 por ciento.
Pero de analizarse el total de delitos, la carpeta de investigación se abrió en 6.4 por ciento.
Por lo tanto, la cifra negra se ubica en 93.6 por ciento.
Es importante exponer que en 44.5 por ciento de las carpetas iniciadas nada pasó; o no se continuó la investigación.
En cuanto a la percepción sobre seguridad pública, el 68.9 por ciento de la población de 18 años o más considera la inseguridad como el problema más importante, seguido de salud y desempleo.
De los espacios en que la población se siente más insegura sobresalen cajeros automáticos, con 80.1 por ciento.
De la entidad, lo que la gente suele identificar en las inmediaciones de sus viviendas como primera conducta delictiva o antisocial es el consumo de alcohol en la calle.
Seguido de robos o asaltos; consumo de droga, pandillerismo o bandas violentas y venta de droga.
Ante la percepción y el miedo a ser víctima del delito, el comportamiento de los habitantes cambió.
Especialmente ya no permiten a hijos menores salir y tampoco se usan joyas. Los porcentajes son de 55.4 y 50.5, respectivamente.
En 30.8 por ciento de los casos dejó de tomarse taxi; en 27.5 por ciento se optó por ya no ir al cine o teatro; mientras en 24.6 por ciento de las situaciones se tomó la decisión de ni siquiera salir a comer.
Por: Paulina Rodríguez