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En plena contingencia, adultos mayores esperan pago de pensión.

SLP.- En medio de la contingencia sanitaria por el COVID-19, una larga fila de personas adultas mayores se observó al exterior de la oficina de TELECOMM TELÉGRAFOS.

Pueden pasar hasta tres horas de pie, sin la aplicación de un protocolo de sana distancia o medidas que representen protección mínima ante la pandemia.

La transición al gobierno de la República, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, derivó en la creación de diversos programas sociales, como sería Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores.

El compromiso ha sido entregar un apoyo económico de forma bimestral.

Sin embargo, no todos los beneficiarios en San Luis Potosí cuentan con una tarjeta en la que reciban el recurso de forma inmediata.

Si un visitador de la Secretaría del Bienestar no se presenta en el domicilio de quienes están en el padrón para entregar un documento a modo de orden de pago, las personas acuden a la dependencia por éste.

La finalidad es acudir a los sitios dispuestos de cobro, como es TELECOMM TELÉGRAFOS.

Un hecho es que quienes acuden requieren el recurso y la alternativa para que asista alguien más, es utilizar una carta poder.

Aquellos que se presentan solos, normalmente no tienen sillas o son escasas ante más de un centenar de fichas que suelen darse.

Tampoco se cuenta con infraestructura adecuada a quienes por la edad tienen otro tipo de necesidades, como sanitarios.

Las personas adultas mayores acuden por el apoyo económico que requieren para solventar algunas cosas, pero conseguirlo implica pasar una mañana completa de pie en la calle.

Hay quienes tienen algún tipo de discapacidad, otros que no son tan fuertes como para mantenerse en pie.

Pese el transcurso del tiempo, importantes ajustes que beneficien a la población adulta mayor, no han sido implementados por las autoridades federales.

El panorama es desalentador, ya que funcionariado local, iniciativa privada y distintos sectores invitan a la gente a permanecer en casa.

Sin embargo, los adultos mayores sortearían la temporada con el dinero del programa social. Pueden acudir con puntualidad, pero las horas de espera no cambian.

Necesidad no tiene que significar aguantar. El mecanismo de entrega puede perfeccionarse por quien opera el programa, dignificarlo.

No sacrificarles. No exponer a las primeras personas con las que el COVID-19 difícilmente daría tregua.

Por: Paulina Rodríguez

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