SLP.- Desesperación es lo que llevó a negocios -esenciales o no- a abrir durante el fin de semana en el primer cuadro de la ciudad.
Porque para la organización “Nuestro Centro” no hay normalidad, pero sería inviable llamar a la apertura total debido al riesgo.
El presidente del organismo, Alberto Narváez Arochi precisó que el recuento de los daños podría darse hasta que transcurran un par de meses de la verdadera normalidad.
Aclaró que sería irresponsable exhortar a que establecimientos por igual operen, porque tiene que ser gradual.
Recordó que al cuidarse para no propagar el virus, también denota respeto.
Narváez Arochi expuso que la población suele dividirse con el tema, ya que para algunos es posible morir tanto por COVID-19, como de hambre.
Hizo énfasis en que 80 por ciento de negocios del centro histórico son de supervivencia y están al borde del colapso.
Situación a la que se suma que las autoridades no muestren verdadero respaldo, por ejemplificar en los cobros de Comisión Federal de Electricidad (CFE) o los esquemas de préstamo del sector público.
Por: Paulina Rodríguez