Bangladesh.- Refugiados rohingyas realizaron hoy manifestaciones pacíficas dentro de los campamentos que los acogen en Bangladesh, para exigir sus derechos y ciudadanía, en el segundo aniversario de su éxodo después de la represión de Myanmar.
Los refugiados rohingya se reunieron para conmemorar el segundo aniversario del éxodo en el campamento de Kutupalong en Cox’s Bazar, Bangladesh, después de un fallido segundo intento de repatriar a los refugiados, en el que ni un solo rohingya decidió regresar.
El retorno es voluntario y casi ninguno ha regresado, mientras Myanmar continúa negándoles la ciudadanía. Este país ha ofrecido permitir la libertad de movimiento rohingya si aceptan una tarjeta de identificación nacional, lo cual, según la etnia, significaría reconocer su condición de inmigrantes ilegales.
El intento de repatriación se registró el jueves e involucró a casi 300 familias, con autobuses listos para llevarlos de regreso a Myanmar. La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados dijo que hasta ahora, ninguno ha indicado su disposición a repatriarse en este momento.
Varios de los refugiados expresaron su deseo de recuperar sus derechos,y entre sus demandas están la tarjeta de ciudadanía, en la que se reconozca su etnia, que garantice sus seguridad con la presencia de una fuerza internacional, que se les traslade a los terrenos que poseían antes de su huida, informó la BBC de Londres.
Alrededor de un millón de personas desplazadas viven ahora en Bangladesh, la mayoría en enormes y extensos campos de refugiados, el mayor de los cuales alberga a más de medio millón de personas, lo que representa una carga económica para el país asiático.
A principios de este año, Bangladesh dijo que ya no podía aceptar más refugiados, ya que un acuerdo de enero de 2018 entre él y Myanmar para repatriar a los rohingya no se materializó. Sin embargo, aunque con muchas carencias la etnia ha elegido vivir de manera más segura en Bangladesh.
Hasta ahora, los dos intentos de iniciar el proceso de repatriación han fracasado, el último de ellos esta semana, al no presentarse ningún voluntario por la falta de garantías en Myanmar.
Los rohingya son una minoría étnica musulmana en Myanmar, la mayoría de los cuales viven en el estado de Rakhine, y tienen su propio idioma y cultura. Pero a pesar de vivir en Myanmar por generaciones, no son reconocidos como ciudadanos ni contados en el censo.
El 25 de agosto de 2017, casi 740 mil rohingya, de mayoría musulmana, huyeron del estado de Rakhine hacia Bangladesh, uniéndose a 200 mil que ya estaban allí, después de que las fuerzas armadas de Myanmar lanzaron una brutal represión tras los ataques a los puestos de seguridad.
La respuesta de las autoridades, aunque supuestamente fue un intento de arrestar a militantes, quemó pueblos enteros y atacó a civiles, de acuerdo con una investigación establecida por la ONU que recomendó el enjuiciamiento de los principales comandantes militares de Myanmar por genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.