México.- El pianista Pepe Arévalo celebró en grande sus 60 años de trayectoria con un concierto lleno de nostalgia y ritmo, que puso a bailar a cientos de personas la noche de este viernes en la Ciudad de México.
Para este festejo, el también director de orquesta preparó una velada inolvidable para su público, compuesta por un recorrido por algunas piezas icónicas y la presencia de invitados especiales, quienes emocionaron a todos.
Los primeros en tocar fueron los integrantes de la banda Agrupación Cariño, quienes en solitario calentaron motores y elevaron el ánimo de los presentes gracias a su repertorio, que se ganó el aplauso de los melómanos.
Fue hasta las 22:33 horas cuando empezó el “show” estelar de Pepe Arévalo y sus Mulatos, conformados por una orquesta de decenas de músicos, con instrumentos como violín, trompetas, bajo, flauta transversal y percusiones.
Este grupo de músicos presentó al anfitrión, quien derrochó talento en el piano y transmitió emociones en varios de los temas como Caballo viejo, Son de la loma e Idilio, por mencionar algunos.
A lo largo de la celebración hubo diversos invitados, uno de ellos fue Rodrigo de la Cadena, quien hizo dueto en el tema Urge, mientras que Ana Cirré cantó Cómo fue y el flautista Horacio Franco deleitó con La flauta mágica y El bodeguero.
El foro en el que se presentó en la Ciudad de México estuvo dividido en dos partes, en una estuvieron las tradicionales mesas, donde muchos se deleitaron escuchando la música, mientras que otras personas prefirieron hacer gala de sus mejores pasos, en la pista de baile, cerca del escenario.
Arévalo recibió las felicitaciones de todos los invitados, como por ejemplo de Susana Zabaleta, quien a su llegada dijo: “¡A bailar todos!”, enseguida hizo dupla en Lágrimas negras.
“Muy buenas noches a todos, estamos celebrando la música que el maestro Pepe Arévalo nos ha dado estos 60 años en los que se ha dedicado a hacer feliz a la gente, para que baile con este maravilloso arte que tiene en sus manos y que nos lo va a demostrar hasta el cansancio, un aplauso muy grande para el maestro”, expresó la soprano.
La música continuó con Que nadie sepa mi sufrir, con Rosy Arango; Falsaria y Oye Salomé, en esta última llegó el guitarrista Javier Bátiz para hacer mancuerna y ser parte de esta celebración.
“Vengo a festejar toda la aventura musical que ha tenido mi querido Pepe Arévalo, somos de la misma escuela, vengo desde Tijuana nada más a celebrar este día, agradezco la invitación”, aseveró Bátiz, antes de que Arévalo recibiera algunas porras y reconocimientos como recompensa a su entrega por más de seis décadas.