México.- Noche de nostalgia y romanticismo se vivió durante el reencuentro de Los Hermanos Castro, quienes como en sus mejores épocas contaron con la complicidad de su audiencia.
Pero en esta ocasión el gran ausente fue Gualberto, quien por motivos de salud no pudo estar en la velada con la que regresó la agrupación que marcó las décadas de los 60 y 70 con su romanticismo.
Una breve semblanza expuso lo que fueron sus inicios musicales de este cuarteto que estaba conformado por Jorge, Arturo y Javier Castro, al que tiempo después se les unió Gualberto.
En 1967 Benito se sumó en sustitución de Javier, logrando disfrutar de las mieles del éxito ya que se convirtió en uno de los grupos más emblemáticos del bolero. Fue en los años 80 cuando Los Castro se separaron, logrando hacer trayectorias sólidas por separado pero siempre dispuestos a reencontrarse.
Abrigados por el cariño de sus fieles seguidores Benito, Arturo y Javier subieron al escenario en el que tuvieron como invitado especial a Kiko Campos, quien también en alguna época fue parte de la agrupación que se vistió de gloria y aplausos como en épocas pasadas.
Así, entre la nostalgia y la emotividad, Los Castro volvieron a tocar las fibras más sensibles del corazón con sus armoniosas voces.
“El tiempo sigue igual”, “A las mujeres que amé”, “Lluvia en la tarde”, “Perdiendo la razón”, “Oye abre tus ojos”, “Yo sin ti”, fueron parte del repertorio con el que Los Hermanos Castro dejaron una vez más su sello.
Así la velada prosiguió robando aplausos y brindando gratos recuerdos entre el público, en su mayoría personas de la tercera edad.
“Agujetas de color de rosa”, “Al final” y “Despeinada” sonaron en el Centro Cultural Teatro 1, escenario que también contó con la voz de la cantante Arianna, que aprovechó la oportunidad para expresar su cariño a Gualberto a quien mandó un sentido mensaje.
“Gualberto, te extrañamos, eres un gran maestro y te estamos esperando. Debes de dejar esa cama para volver con Los Castro a deleitarnos”, dijo la intérprete arrancando los aplausos que se prolongaron al escucharla entonar la entrañable pieza “La vida en rosa” de una manera magistral y emotiva.
De esta forma la intérprete rendía homenaje a la francesa Edith Piaf, aunque también sonaron sus exitos “Como ninguna” y “En mi soledad”.