Nadador Mateo González, entrenado por su abuelo en su natal Torreón
Lima.- A los 11 años de edad el coahuilense Mateo González supo que su vida estaba destinada a la pileta. En la década de los 80 su abuelo fundó una alberca en su natal Torreón, Coahuila, y desde entonces comenzó a construir su futuro en la selección nacional de natación.
“Siempre quise representar a México. Y mi abuelo y abuela fueron los que me llevaron a este sueño”, dijo González Medina, quien en los Juegos Panamericanos Lima 2019 logró avanzar a la final B, aquella prueba de consolación la cual sirve para analizar los alcances de los tritones.
Mencionó que su familia practica la natación gracias a ese impulso que tuvo su abuelo, quien falleció en 1997 y la alberca pasó a ser coordinada por su abuela, que también fue parte en su preparación para llegar a ser seleccionado nacional.
Cuando falleció su abuelo, Mateo González se cobijó en los consejos de su abuela para seguir en la natación, “siempre me decía cómo mejorar, cómo hacerle para mejorar mi técnica. Ella fue nadadora y me enseñó lo básico”.
Y añadió que ahora ha dejado de ser su coach, “ya dejó de hacerlo, ahora es mi abuela y en lugar de decirme como entrenar, me dice todo lo que me ama”.
Señaló que, aunque en esta ocasión no lo pudo acompañar a Lima como el año pasado, cuando sí acudió a Barranquilla, siempre está al pendiente de sus participaciones internacionales.
Apuntó que su meta es, sin duda, llegar a los Juegos Olímpicos, pero para eso debe seguir con los entrenamientos para cumplir con las marcas.
“A los nadadores el tiempo se mide en cuatro años. Son mis segundos Juegos Panamericanos y creo que voy creciendo deportivamente. Llevó casi 10 años en la natación. Se puede decir que para estar en unos Juegos Olímpicos lo pensé desde los 12 años; a los 15 se volvió una meta y ahora es un proyecto”, expresó.