México.- Para 80 por ciento de los migrantes que arriban al noroeste de México y solicitan ayuda a la Casa del Migrante de Saltillo, su objetivo ya no es llegar a Estados Unidos, sino quedarse en Monterrey, Nuevo León, pues entre las personas en tránsito existe la creencia de que en esa ciudad hay una oferta laboral amplia.
Xicoténcatl Carrasco, director de dicha organización de apoyo a migrantes en Coahuila, reveló que desde el 1 de diciembre de 2018, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la entrega de visas de visitante por razones humanitarias, el número de migrantes que solicitaron apoyo a esa instancia se triplicó, pero su intención ya no era llegar a la Unión Americana.
«Durante 2018 estuvimos recibiendo cada mes a alrededor de 600 personas; después del 1 de diciembre estamos recibiendo hasta dos mil personas mensualmente, o en ocasiones, incluso en las últimas semanas, mucho más», y el lugar de destino más importante «es el estado de Nuevo León, específicamente la ciudad de Monterrey», subrayó en entrevista con Notimex.
Dijo que «son la mayoría, me parece que un 80 por ciento los que quieren llegar hacia Nuevo León, que estamos ya muy cerca, a una hora y media, y la mayoría quieren arribar a Nuevo León, y ahí piensan que van a encontrar trabajo», sin contar los migrantes que transitan por Saltillo, Coahuila, y no piden apoyo.
Explicó que existe un imaginario de que en Monterrey habrá una oferta laboral amplia y otro porcentaje más sigue pensando en pedir asilo en Estados Unidos y dirigirse hacia la frontera, ya sea entre el vecino país del norte y Coahuila o en la frontera con Tamaulipas.
Dio a conocer que en la organización que encabeza existe personal limitado «y ya ni siquiera nos ha dado la vida para poder registrar a todas las personas que llegan, pero hay días en que en una sola noche llegan 400 personas como máximo, o hasta 200», lo que es un aumento muy considerable.
De igual manera, reveló que la mayoría de las personas vienen ya sin documentos migratorios, «es decir sin la famosa visa de visitante por razones humanitarias», porque su intención es mantenerse en la irregularidad, «por así decirlo, perderse entre la población del estado de Nuevo León».
Reconoció que en su trabajo de apoyo a los migrantes se ha percatado que ya no hay confianza en el Estado mexicano y sus autoridades, y «ya no quieren acercarse, -no falta quien lo haga- pero en general (no desean) ni pedir asilo, ni a ver una forma de regulación migratoria».
La nueva política migratoria a partir del acuerdo con Estados Unidos reducirá el flujo de migrantes, pero en 16 años de operar, la Casa del Migrante ha experimentado que «cuando se endurece la política migratoria en México hay un ligero descenso, pero a final de cuentas la gente no deja de pasar».
Xicoténcatl Carrasco recordó que lo único que ocasionó una disminución drástica fue después de la masacre de San Fernando (Tamaulipas). «Fue el único evento en 16 años que sí hizo que la gente migrante dejará de transitar, al menos por el noroeste mexicano».
Agregó que en la Casa del Migrante de Saltillo nunca han visto un descenso significativo que tuviera que ver directamente con alguna política, y señaló que al endurecerse las medidas en la materia, el tránsito se vuelve «más peligroso, más lento y más costoso».
Los riesgos se presentan porque los migrantes rodean las ciudades, se van escondiendo, ya no pasan por las carreteras y se internan en lugares inhóspitos, lugares donde no exista presencia de ninguna autoridad que pudiera detenerlos, y son espacios que son utilizados por la delincuencia común y organizada, detalló.
«También más costosa, que quiere decir que si hay personas que deciden pagar a un traficante, pues éste duplica o hasta triplica el costo, porque la razón, la justificación, es que ahora hay más retenes y tienen que sortear muchos más obstáculos», puntualizó.