México no necesita importar novelistas: Mario Vargas Llosa
- Con su nueva novela “Tiempos recios”, el escritor peruano retoma un momento histórico que marcó el rumbo de Latinoamérica
México.- El derrocamiento en Guatemala del presidente Jacobo Árbenz (1954) mediante un golpe de Estado orquestado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), fue determinante para el devenir de América Latina, señaló el escritor Mario Vargas Llosa durante la presentación de su más reciente novela en Madrid, “Tiempos recios” (Alfaguara), que está inspirada en aquella época.
“Si Estados Unidos en lugar de derrocar a Árbenz, hubiera apoyado o subvencionado sus reformas, probablemente otra sería la historia de América Latina”, aseguró el Premio Nobel en la Casa de América de Madrid, donde tuvo lugar el evento.
“Como algunas de mis novelas tienen un fondo histórico que he respetado en sus grandes líneas, pero he añadido fuertes dosis de invención y fantasía. Hay hechos básicos que es imposible alterar ya que son demasiado conocidos y se crearía lo que más teme un novelista, generar la incredulidad del lector”.
Se trataba de un relato insólito sobre el régimen de Castillo Armas, quien llegó al poder en Guatemala luego del golpe militar montado por la CIA contra el presidente Árbenz, al que Estados Unidos acusó de alentar la entrada del comunismo soviético en la región en plena Guerra Fría, mentiras que cambiaron la historia.
“El asunto me intrigó tanto que comencé a investigar (…) La caída de Árbenz tuvo repercusiones dramáticas en América Latina. Creo que las peores consecuencias fueron empujar a Fidel Castro al comunismo y crear un clima favorable hacia la revolución socialista entre los jóvenes latinoamericanos de esa época”, sentenció Vargas Llosa, luego de aclarar que Árbenz, al contrario de lo que sostenía Estados Unidos, no era comunista, sino un capitalista que alentaba reformas en su país y al que hay que reivindicar en nombre de la democracia.
“En lo fundamental una novela histórica no miente, aunque haya mucha imaginación en ella”, acotó para matizar que la investigación que llevó a cabo para escribir el libro le ha permitido mentir con conocimiento de causa, ya que fantaseó a partir de una materia real.
“Tiempos recios” retrata una América Latina del horror, con una barbarie, violencia e injusticia extraordinarias. Hoy en día ya no existen dictaduras militares en América Latina de ese tipo, sino dictaduras ideológicas, define el Premio Nobel.
Al ser preguntado si tenía la intención de escribir algún libro de ficción sobre México, el Premio Nobel respondió que México no necesita importar novelistas, ya que los tiene de sobra y son magníficos.
“Un país, salvo casos excepcionales, no se destruye en un día” y los países latinoamericanos “han vivido un largo proceso en el que han ido perdiendo oportunidades”, aseguró el escritor Mario Vargas Llosa, que agregó: “nuestra responsabilidad en el fracaso de Latinoamérica es gigantesca”.
Así lo señaló el Premio Nobel de Literatura ante una multitudinaria rueda de prensa que se prolongó durante más de una hora en la Casa América de Madrid, antes de contar cómo surgió la idea de esta historia que sale simultáneamente en 20 países con una primera tirada de 180 mil ejemplares.
Fue en una cena hace unos tres años en República Dominicana cuando un conocido le dijo que tenía una historia que contarle para que escribiera una novela, algo que, recordó, le hizo pensar: “¡Dios mío, otra más, no!”, porque, asegura, basta que le cuenten algo, para que lo escriba, para no hacerlo.
Pero por primera vez en su vida, la historia lo dejó muy intrigado: se trataba de la implicación del general Trujillo -el dictador dominicano que protagonizó su novela “La fiesta del Chivo”- en la caída de Jacobo Árbenz y cómo apoyó el golpe militar de Carlos Castillo Armas, para tres años después implicarse en el asesinato de este último.
En su novela hay muchos hechos históricos “y dónde había blancos, vacíos o controversia he puesto la imaginación”, destacó el escritor que asegura que “en los detalles, la libertad del novelista debe ser total”. E insistió en que su obra es una novela, no un libro de historia.
El golpe de Estado contra el presidente guatemalteco, que “no era comunista, sino anticomunista”, insistió Vargas Llosa, “llevó a jóvenes de Latinoamérica, yo entre ellos, a pensar que la democracia era imposible y que había que buscar el paraíso comunista: eso nos retrasó medio siglo más”. Por ello, el Premio Nobel dijo que es una obligación para los latinoamericanos reivindicar la figura de Árbenz.
También recordó cómo conoció la España de la dictadura, “un país subdesarrollado y completamente aislado” que se parecía mucho a Latinoamérica.
Un país que se transformó de una forma extraordinaria “gracias a la maravillosa transición, que admiró al mundo entero” y que “ha dejado atrás la tribu, la caverna. Ojalá América Latina hubiese progresado tanto como lo ha hecho España”, concluyó Vargas Llosa.