Moscú.- Más de 400 personas fueron detenidas hoy, entre ellas el líder opositor Alexei Navalni, durante una manifestación para exigir castigo contra los policías implicados en el arresto del periodista ruso Iván Golunov, acusado de narcotráfico y quien fue liberado la víspera.
Navalni, líder de la oposición parlamentaria, acudió a la protesta no autorizada contra la supuesta impunidad y corrupción de los organismos encargados de hacer cumplir la ley, así como su vocera Kira Yarmysh y varios periodistas.
La policía rusa precisó que más de 200 manifestantes fueron arrestados en esta capital, mientras la organización de observadores OVD-Info, especializada en el seguimiento de arrestos, dio cuenta de al menos 400, informó por su parte el diario Moscow Times.
A pesar de que el reportero fue liberado la víspera tras retirarle los cargos que le imputaban, más de mil 200 personas marcharon por el centro de Moscú y San Petersburgo, la segunda ciudad del país, coreando “Rusia será libre” y “Rusia sin Putin”.
Algunos de los manifestantes vestían camisetas blancas en las que se podía leer «Yo soy/Nosotros somos Iván Golunov», el mismo lema que apareció el lunes pasado en las portadas de los tres principales diarios rusos, en un acto insólito para las costumbre políticas y periodísticas del país.
El periodista, de 36 años y que trabaja para la publicación digital Meduza, con sede en Letonia, fue detenido el pasado jueves por el presunto delito de distribución de drogas y dos días después un tribunal lo puso bajo arresto domiciliario como medida cautelar.
Los agentes que le detuvieron aseguraron que en su mochila y luego en su departamento encontraron cocaína y mefedrona, una droga sintética, así como balanzas para medir narcóticos, pero el periodista aseguró que las sustancias fueron sembradas para acusarlo.
Tras su liberación, Golunov sostuvo que seguirá con su trabajo y sus investigaciones sobre casos de corrupción en el país, además manifestó su deseo de que nadie pase una situación similar a la suya.
Este caso originó una ola de solidaridad tanto de sus compañeros de profesión como de la sociedad civil y de famosos del mundo de la cultura, además organizaciones internacionales como Amnistía Internacional (AI) pidieron su liberación.