- Aunque es un delito penado con hasta 17 años de cárcel, hay quienes llegan a cobrar 800 pesos por realizar una “donación”
México.- “Me da mucha pena cobrar, pero la verdad es que… pues no es fácil encontrar quién venda sangre”, defiende un comerciante ambulante que se dirige a una calle aledaña al Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”. Al doblar la esquina, llama a un franelero con un chiflido. “¿Qué onda?”, le dice. “¿Sí te ‘sangras’?”. Buscaba a un donador del cual obtener una comisión.
El franelero se acerca y le explica que ya tiene un “compromiso previo” en el Hospital de Zoquipan. El ambulante insiste. Le pregunta si su esposa está o no disponible, porque también ella puede “hacer el paro”. Y tras pensarlo unos segundos, el primero decide que hará la “donación” en el Civil, pues así se ahorrará el dinero del taxi hasta Zapopan.
Se le cuestiona si es seguro y el franelero afirma que sí. Recuerda que, en una ocasión, de cuatro “donadores” potenciales solo él y su esposa pasaron las pruebas. El precio por su servicio es fijo: 800 pesos. Previamente, quien hizo el enlace ya había solicitado 200. El gasto total fue de mil pesos.
En realidad, la cultura de la donación de sangre es mínima y Raquel es un ejemplo de ello.
Cada tres meses, ella requiere donadores para su hija, quien padece leucemia. Y debido a esa periodicidad obligatoria en las transfusiones se le dificultaba conseguir la cantidad necesaria. Por ello, durante dos años compró a “vendedores” en los alrededores del Hospital Civil.
“No sé cómo se maneje, pero afuera del Hospital Civil llegan y te dicen: ‘Oye, ¿necesitas sangre? Nosotros te la vendemos. Nos pagas cuando te demos el recibo’. Y así lo estuve haciendo”, contó.
Aunque está severamente penada, esa práctica es real a las afueras de los Hospitales Civiles. En su Artículo 462, la Ley General de Salud estipula que se darán entre seis y 17 años de prisión a quienes comercien con órganos o “tejidos, incluyendo la sangre”.
Esperanza Zuno Reyes, jefa del Banco de Sangre en el “Fray Antonio Alcalde”, comenta que de 2015 a la fecha sólo se ha conocido un caso, y fue este mismo año.
“Hace aproximadamente tres meses hubo un reporte. La misma persona que pagó a ‘donadores’ llamó al Centro Nacional para decir que lo había hecho por necesidad. Nosotros llamamos a las autoridades y todo lo que teníamos de sangre (la que ella compró), para garantizar la calidad, se le dio destino final y no se le dio uso a nada”.