Alemania.- La eventual ruptura por las bravas de Reino Unido con la UE tiene otro posible daño colateral que las autoridades tratan de prevenir. Los colchones de deuda anticrisis que se exigen a las entidades financieras, entre enero desde este mismo año para las de importancia sistémica y 2023 para las más pequeñas, corren riesgos ante un Brexit duro. EL BCE y la Junta Única de Resolución (JUR) exigen a la banca que incluyan cláusulas en los nuevos bonos con capacidad de absorber pérdidas que emitan bajo legislación británica. El objetivo: que puedan utilizarse si hay problemas.
La fecha subrayada en rojo es el 31 de octubre. A menos que el primer ministro británico, Boris Johnson, se invente una solución, la normativa comunitaria dejará de surtir efecto en Reino Unido; incluida la que afecta a los instrumentos de rescate interno (bail in) que los bancos llevan emitiendo desde hace años. El primero en lanzar los icónicos bonos contingentes convertibles (cocos) entre los bancos españoles fue BBVA en 2013.
El gran problema es que una parte del escudo que han ido exigiendo Draghi, presidente del Banco Central, y su homóloga de la JUR, Elke König, quedará invalidado. Y ambos organismos están acelerando los avisos a navegantes. Ahora, el número de entidades supervisadas por el BCE, y, por lo tanto, con requisitos de construir su mínimo requerido de pasivos elegibles (MREL) –léase, que sean capaces de absorber pérdidas– es de 114. La advertencia es para todas ellas, pero las que tienen presencia directa en el país están especialmente afectadas por las emisiones pasadas. La JUR especifica en un documento que los bancos deben incluir cláusulas en sus nuevas emisiones bajo legislación británica con el objetivo de que sus propietarios reconozcan que los títulos que tienen en cartera están sometidos a las autoridades de la UE. Es decir, que puedan ser amortizados o convertidos en capital.
La mejor opción, sin embargo, es emitir nuevos instrumentos bajo la regulación de los 27 países que permanecerán en el club.