México.- La Reserva de la Biósfera Maya (RBM) en Petén, Guatemala, registró en 2017, por primera vez desde que se disponen de datos, una cifra positiva en cuanto a la cobertura boscosa, con una ganancia neta de mil 88 hectáreas, cantidad que representa un incremento de 34 por ciento en los últimos 10 años.
Así lo señaló el reporte realizado por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas, Wildlife Conservation Society y otras organizaciones, con apoyo de la Agencia de Estados Unidos de América para el Desarrollo Internacional (USAID), y dado a conocer por la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red-Mocaf) en su página de Internet.
El informe titulado “Monitoreo de la Gobernabilidad de la Reserva de la Biósfera Maya” revela que en los últimos 10 años se recuperaron 155 mil hectáreas que anteriormente fueron ocupadas ilegalmente.
De esa cantidad, más del 34 por ciento están bajo el manejo de cinco de las 11 concesiones forestales comunitarias, que se encargan de los terrenos del Estado de Guatemala otorgados para uso sostenible por 25 años.
El estudio indica que la Reserva de la Biósfera Maya representa 19 por ciento del territorio de Guatemala y resguarda invaluables ecosistemas, especies de flora y fauna silvestres, así como valiosos recursos naturales, a lo que se suma el hecho de que sus bosques conservan el legado de la civilización maya.
Por otro lado, un informe del Centro para la Investigación Forestal Internacional (Cifor) apunta que empresas comunitarias que manejan concesiones forestales en la Zona de Usos Múltiples (ZUM) de la RBM generan beneficios ambientales y socioeconómicos para las comunidades forestales.
Por ello, se considera que existe una relación positiva entre los avances en el palco socioeconómico (ingresos, inversión, ahorro, capitalización de las empresas comunitarias, formación de activos de las familias asociadas y organización) y la conservación de las áreas bajo concesión (tasas de deforestación cercanas a cero en concesiones comunitarias activas).
Otra de las buenas noticias para la Reserva de la Biosfera Maya es que gracias a la generación de ingresos forestales se logró diversificar las actividades de generación de bienes, lo que a su vez ha dado un valor agregado, desarrollo de nuevos productos y su inserción en cadenas de valor.
En las nueve concesiones comunitarias activas se evidencian mejoras en el nivel de vida de las personas, además de impactos positivos a nivel social, económico y ambiental.
La iniciativa Clima, Naturaleza y Comunidades de Guatemala (CNCG), impulsada por USAID, liderada por Rainforest Alliance en colaboración con la Asociación Comunitaria Forestal de Petén (ACOFOP), han apoyado a muchas de las familias que viven ahí y que han logrado salir de la pobreza.
Ello significa que un negocio forestal sostenible puede reducir la migración y permitir que familias y comunidades prosperen en su lugar de origen, además de que casi ninguna depende de la ayuda económica de familiares o amigos que viven en el extranjero.
De hecho, en el último sexenio, el negocio forestal sostenible de las concesiones comunitarias generó más de seis mil 940 puestos de trabajo en más de 2.1 millones de hectáreas localizadas en la Zona de Usos Múltiples de la RBM.
La Red Mocaf forma parte de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB), con los que intercambian experiencias sobre manejo forestal comunitario en temas de agenda internacional sobre bosques, cambio climático y derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales.