- Nikki Haley señala al exsecretario Rex Tillerson y el exjefe de despacho de la Casa Blanca John Kelly
EUA.- Nikki Haley, exembajadora de Estados Unidos ante la ONU en el gobierno de Donald Trump, dice en su nuevo libro de memorias que dos funcionarios del gobierno que a la larga fueron echados intentaron convencerla en una ocasión para que se opusiera junto con ellos a las políticas del mandatario.
En «With All Due Respect», Haley dice que el exsecretario de Estado Rex Tillerson y el exjefe de despacho de la Casa Blanca John Kelly le dijeron que estaban tratando de «salvar al país». Haley escribe que quedó en «shock» por la solicitud, efectuada durante una reunión a puertas cerradas, y pensó que ellos sólo intentaban dejar su propia huella en las políticas presidenciales.
«Kelly y Tillerson me confiaron que, cuando se resistían al presidente, ellos no estaban siendo insubordinados, sino tratando de salvar al país», escribió Haley. «Eran sus decisiones, no las del presidente, las que eran mejores para Estados Unidos, dijeron ellos. El presidente no sabía lo que estaba haciendo»… Tillerson luego me dijo que la razón por la que resistía las decisiones del presidente era porque, si no lo hacía, había gente que iba a morir».
La exgobernadora de Carolina del Sur indicó que la reunión duró más de una hora y que ellos nunca más le volvieron a hablar del asunto.
El libro de Haley sale a la venta el martes. The Associated Press compró un ejemplar de preventa.
«En vez de decirme eso a mí, deberían de habérselo dicho al presidente, no pedirme que me sumara a su plan paralelo», escribió Haley. «Debería de haber sido: ‘Ve y plantéale al presidente las diferencias que tienes, y renuncia si no te gusta lo que está haciendo». Pero socavar a un presidente es realmente una cosa muy peligrosa. Y va en contra de la Constitución, y va en contra de lo que el pueblo estadounidense quiere. Y fue ofensivo».
Trump despidió a Tillerson en marzo del 2018. Luego, éste dijo que el presidente era «indisciplinado» y no le gustaba leer informes. El mandatario respondió diciendo que Tillerson era «muy tonto».
Cuando Kelly era jefe de despacho, Trump se fastidió con el proceso ordenado que el general impuso a su estilo espontáneo y a las operaciones de la Casa Blanca en general. Trump aceptó su renuncia en diciembre del 2018.
Cuando se le pidió una reacción al libro de Haley, Kelly dijo a la televisora CBS que «si al hablar de resistencia y bloqueos, ella se refiere a establecer un proceso para el personal … para asegurar que (el presidente) supiera todos los puntos a favor y en contra de cualquier decisión política que pudiera estar sopesando para que pudiera tomar una decisión informada, entonces soy culpable según se me acusa».