Washington.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) alejó las posibilidades de recesión en la región de América Latina y el Caribe, aunque reconoció que lo más probable es que las perspectiva del crecimiento económico sigan a la baja.
Una revisión a la baja, que haya dos trimestres de crecimiento negativo sería una reversión demasiado grande, señaló Alejandro Werner, director del departamento del Hemisferio Occidental del organismo multilateral en conferencia de prensa este lunes en Washington.
Confirmó que para este 2019 la tasa de aumento regional del PIB es de 0.6 por ciento, la más baja desde 2016, con repunte esperado a 2.3 por ciento para 2020.
En su revisión de la situación de algunos países latinoamericanos, indicó sobre Venezuela que sigue en un marco hiperinflacionario, pero con medidas recientes como el aumento del encaje legal y en el mercado cambiario, se espera que su crecimiento se modere aunque aún así estimó de manera tentativa un millón por ciento de alza en los precios este año.
Precisó que que en la historia reciente de la región no se ha visto un caso como el venezolano, mientras que desde los años 70 del siglo pasado, el país sudamericano se encuentra entre las ocho a 10 contracciones económicas más importantes no asociadas a un conflicto o un desastre natural.
Sobre la salida de venezolanos hacia otros países de la región, señaló que en Colombia y Chile ha habido efectos positivos porque han podido absorber la oferta laboral que representan los migrantes venezolanos.
En la perspectiva de que la emigración venezolana siga profundizándose, acotó que sus efectos en el resto de países del área dependerá de las características de los migrantes, si lo hacen con activos financiero por ejemplo, y de las propias del mercado laboral del país receptor.
Sobre Argentina, donde la incertidumbre se ha moderado, comentó que entre los diversos candidatos que este año buscarán la presidencia de ese país, existe convencimiento de que para acelerar el crecimiento de manera sostenible hay que profundizar en el cambio estructural de la economía.
En el documento sobre la región, el FMI precisa que el escaso dinamismo económico latinoamericano resulta de sorpresas negativas en el primer semestre del año, como la fuerte incertidumbre sobre las políticas económicas en algunas economías.
A ello se suman las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y el crecimiento global más débil.
Se precisa que en este primer semestre hubo factores transitorios como condiciones meteorológicas adversas que afectaron a la minería en Chile y la agricultura en Paraguy, mientras en Brasil fue consecuencia del desastre que registró la represa de Brumadinho.
En México la desaceleración del crecimiento obedeció a la subejecución del presupuesto, huelgas de trabajadores y escasez de combustible.
En Brasil la incertidumbre, por encima del promedio histórico, obedece al alcance de la reforma al sistema de pensiones, que a la fecha se encuentra en el Congreso del país sudamericano.
Esa incertidumbre alcanza a México, por motivos como la reversión de ciertas políticas económicas, en particular en energía y educación, así como Pemex.
Al respecto, Werner adelantó que el próximo septiembre una misión técnica del FMI visitará México para analizar el plan de negocios de PEMEX, mismo que fue anunciado a mediados de este mes.
«En términos más generales, concluye el documento del FMI, el crecimiento regional sigue viéndose dificultado por persistentes problemas estructurales, como el fuerte endeudamiento público, el acceso limitado al crédito, el desempleo elevado y la vulnerabilidad a los shocks relacionados a las materias primas y el clima».