- Activistas de Extinction Rebellion amenazan con paralizar la terminal durante tres días
Activistas del movimiento ecologista Extinction Rebellion (XR) invadieron el jueves el aeropuerto de London City, en la capital de Reino Unido, que amenazan con paralizar y «ocupar pacíficamente» durante tres días, provocando perturbaciones espectaculares en algunos vuelos.
Un vuelo con destino a Amsterdam fue anulado porque un pasajero, que tenía boleto, logró subir sobre el techo del aparato.
Según Extinction Rebellion, se trata del exciclista paraolímpico irlandés James Brown, medalla de bronce en Londres 2012. Los pasajeros del avión fueron derivados a otros vuelos, según la compañía British Airways.
Otro vuelo se vio retrasado por la protesta de un activista a bordo de un avión con destino a Dublín, en el que había embarcado. La acción fue grabada y difundida por las redes sociales.
La aerolínea Aer Lingus confirmó que un pasajero de ese vuelo había «evacuado el avión tras haber presentado un comportamiento perturbador» y que el avión finalmente despegó con retraso.
La policía informó de varias detenciones en el exterior de la terminal y una en un avión que se encontraba en pista.
«Atacar un aeropuerto y perturbar a los viajeros de este modo es totalmente inaceptable e irresponsable», dijo la policía londinense en un comunicado.
Los militantes de este movimiento de desobediencia civil, que el lunes emprendió acciones de protesta contra la inacción climática en todo el mundo, habían anunciado el miércoles su intención de paralizar London City durante tres días sentándose, estirándose o pegándose antes las puertas de salidas y llegadas.
Los ecologistas preveían converger en el aeropuerto desde las diferentes acampadas que levantaron a principios de semana en torno a Westminster, donde se encuentran los centros del poder británico.
Según la policía de Londres, casi mil personas fueron detenidas desde el principio de las protestas el lunes.
Si no logran realizar su acción en el interior, «lo bloquearán desde el exterior», impidiendo el paso de los trenes y cortando los accesos por carretera, había advertido la organización en un comunicado.
XR considera incompatible la ampliación del aeropuerto con la crisis climática y la «emergencia ecológica» declarada por el parlamento británico, y con el compromiso del gobierno de alcanzar en 2050 la neutralidad de carbono. En el Reino Unido, como en otros países, pide que dicho objetivo se adelante a 2025.
«El aeropuerto London City prevé duplicar su número de vuelos», denunció Rupert Read, uno de los portavoces del movimiento, subrayando que la terminal es utilizada «de forma desproporcionada por los jets privados y por los financieros» de la City, el corazón financiero de Londres.
De los cinco aeropuertos de la capital británica, London City, que tiene una sola pista, es el más cercano al centro de la ciudad. En 2018 pasaron por él 4.8 millones de pasajeros.
El lunes, el primer ministro Boris Johnson tildó a los activistas de XR de «hippies recalcitrantes» y los llamó a desalojar sus «campamentos que huelen a cáñamo».
Su padre, Stanley Johnson, que el miércoles se sumó a los ecologistas en el centro de Londres, dijo a la agencia de noticias británica Press Association que considera un «enorme elogio» ser calificado así por su hijo.