SLP.- La contaminación no enferma, mata. Incluso más que el crimen organizado en México, de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Quienes pierden la vida en mayor medida por este factor, son infantes.
El investigador de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) Fernando Díaz Barriga aclaró que hablar de contaminación, significa abordar derechos humanos.
Lamentó que no se cuente con un sistema de monitoreo profesional en el territorio.
Advirtió que en la zona industrial existen complejos que contaminan considerablemente, solo que no se les ha medido.
Comentó que el monitoreo podría tener financiamiento si se aplicara control vehicular.
Por otro lado, mencionó que el efecto de la operación de las ladrilleras no equivale a un problema social.
Recordó que décadas atrás se propuso la creación de un parque ladrillero, pero si se diera luz verde y se colocara un centenar de hornos en el sitio, de inmediato elevarían voces de protesta.
Hizo énfasis en que al efectuar mediciones, se comprueba que lo que de los hornos emana es uno de los componentes más cancerígenos.
De ahí, Díaz Barriga se refirió al impacto del incendio en un relleno sanitario, como uno de los incidentes más graves, aunque solamente pase durante tres o cuatro días.
Posteriormente compartió inquietud por el agua.
Expuso que hay situaciones preocupantes en el entorno, como el que haya agua disponible solamente para 100 años.
En contraste, recordó que en el acuífero hay plomo, arsénico y radón.
Por: Paulina Rodríguez