Naciones Unidas.- El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó el ataque aéreo contra un centro de detención de migrantes en Trípoli, la capital de Libia, que dejó un saldo de más de 50 muertos, y demandó un alto el fuego urgente.
«Los miembros del Consejo de Seguridad condenan el ataque del 2 de julio contra el centro de detención de migrantes, que provocó la muerte de 56 personas y más de 130 heridos», afirma un comunicado difundido por la misión de Francia.
«Los miembros del Consejo de Seguridad destacan la necesidad de que todas las partes reduzcan urgentemente la escalada de la situación y se comprometan a un cese al fuego», afirma el texto que resalta que la paz y la estabilidad deben basarse en una «solución política», citó Deutsche Welle.
Asimismo, los miembros se mostraron «profundamente preocupados por el empeoramiento de la situación humanitaria», especialmente en los centros de detención bajo responsabilidad del Gobierno libio, y pidieron acceso para las agencias de ayuda.
Dos bandos luchan por el control de Libia: uno encabezado por el presidente y primer ministro Fayez al Serraj que controla Trípoli y algunas zonas del oeste, y otro por el mariscal Jalifa Haftar, que domina el resto del país y casi todos los recursos petroleros.
El 4 de abril, las tropas del mariscal opositor lanzaron una ofensiva para apoderarse de Trípoli, donde tiene sede el Gobierno de Unión Nacional (GNA) de Fayez al-Sarraj, reconocido por la ONU.
Los combates en el terreno y los ataques aéreos en Trípoli obligaron, según la ONU, a más de 100.000 personas a huir, en un país afectado desde el 2011 por luchas de poder y en manos de milicias que hacen reinar su ley.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de mil personas murieron y al menos cinco mil resultaron heridas por actos de violencia cerca de Trípoli. La OMS no precisó el número exacto de víctimas civiles y militares.